lunes, 23 de abril de 2012

veo

no puedo parar de pensar en su jóven muerte, niña llena de misterios, temprana niña olvidada por los testigos que han dejado que camine tras las vías de un tren que no vió venir, o que esperó sentada.
y pienso en su hermana, en su sonrisa forzada, en ojos secos llenos de lagrimas ácidas, una angustia que se le metió un día en la piel sin intenciones de partir.
estoy desesperada, si yo hubiera abandonado este lugar una semana antes, talvez habría podido cruzarmela, hubiera podido ayudarla, salvarla, o tirarme con ella. (Venga valiente, salte por la ventana).
y pienso en otros que se silencian también, pienso en el dolor que sienten, en las dudas, los miedos que abundan, y brota en mi esa necesidad de cambiar la situación, de volverme fuerte por ellos y ayudarlos a vivir, a ver como deberían ver, como debería ver yo.
y sin embargo me hundo en mi cama de sabanas y almohadas desacomodadas y me pierdo entre líneas que un Julio escribió alguna vez.

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